Limpia conciencia y sano corazón

Las falsedades no sólo se oponen a la verdad, sino que a menudo se contradicen entre sí (Voltaire)

Alguien dijo alguna vez y bien que nos gusta repetirlo, que no hay nada mejor que una conciencia tranquila como buena almohada para poder descansar. Estoy de acuerdo a medias, porque a pesar de que uno pueda sentir que la tiene, que no hay problema, si el corazón dicta otra cosa, la noche puede convertirse en zozobra. Supongo que esto nos ocurre por amar tan, tan fuerte, que duele. En el alma misma. 

Poquita gente sabe la cantidad de veces que marché a la cama y no dormí estos meses atrás. Fue inevitable por mucho que supiera que debía. Poquitos comprendían la razón por la que era un muerto viviente de día. Sin embargo, muchas más personas que esas que conocen mis vigilias no deseadas me han ido preguntando en todo este tiempo el por qué de no contar todo lo que me ha hecho sufrir tantísimo estos meses atrás. Les pedía tiempo para sanar, para entender y sobre todo para que todo estuviera lo más en orden posible para pasar página. Y el luto. Cerrar capítulo. Mirar hacia adelante. Y ha llegado el momento…

Si no se tratase del Betis… ¡si no se tratase del Real Betis Balompié todo hubiera durado lo que una pompa de jabón! Nada y menos. Ya saben, lo normal. Te indignas por el cómo, las formas, la falta de información y decoro y por la nula capacidad de nada de la empresa. Y a otra cosa, que la vida sigue. Esto último lo he escuchado desde el principio de boca de gente muy cercana a mí. Mi respuesta siempre fue la misma pese a comprender sin duda alguna que el deseo de todos ellos siempre fue el de ayudar a levantarme. “¿Que la vida sigue, por favor?” La vida no seguía en absoluto para mí. No lo hacía porque se trataba precisamente del Betis. 

Y nadie o nada es eterno ni indispensable, salvo su escudo. Eso lo sabe uno desde que todo empieza. Nunca fue un problema. Lo asumí desde el mismo momento que a mi familia y amigos envié un vídeo que realicé con las mismas lágrimas en la cara que he tenido todas estas semanas atrás en la inmensa mayoría de días. Como el que edita y proyecta una pieza para anunciar que se casa, que va a ser padre o alguna otra cosa escandalosamente importante. Así lo hice, así lo mandé. Admito que sigo viéndolo algún que otro día para no olvidarme nunca de lo feliz que se puede ser compartiendo con los tuyos lo que en su momento fue cumplir un sueño, llegar por fin a defender el emblema de todos los béticos portándolo en el pecho, bien bordado y reluciente -precioso como él solo-, con el orgullo desbordante que nadie nunca podrá arrebatarme. 

Pero, pese a que uno sepa que no es para siempre lo que no le pertenece, hay formas y formas de hacer las cosas. Cinco años de trabajo así lo merecen, pienso. Ser abonado, accionista, fundador y presidente de Peña Bética entre otras cosas en clave verdiblanca, así lo merece. Pienso. No habiendo tenido nunca jamás horarios ni peros para estar a disposición de lo que se me ha pedido sea el momento que sea, así lo merece creo yo, pues amaba lo que hacía. Y por muchos motivos más, entre ellos el haber renunciado a la diferencia de salarios entre primer y segundo entrenador, cuando por la desgraciada salida de mi compañero José Juan Luque del equipo filial femenino en un mes de octubre, paso a ocupar su puesto hasta final de temporada. En una reunión con todos los señores con competencias en la sección a esa fecha les repetí hasta en tres ocasiones que esa diferencia de nómina se la quedase la entidad para afrontar gastos futuros. Estos detalles, junto con otros que no escribo, merecen un mínimo de respeto. De buenas formas hacia mí o hacia cualquier persona. Pienso, insisto. 

Miren, ¿saben por qué voy sobrado de sosiego? Porque esas formas que no han existido en mi salida de un club con casi 117 años de historia han quedado reflejadas en documento firmado bajo techo de juzgado. El momento ha llegado principalmente porque ya todo ha terminado. Nadie acude a acordar un pago a un Juzgado cuando se siente responsable y dueño de la verdad, pero con todo el dolor que ha supuesto y supone esto aún: el Real Betis aquí y conmigo, de franqueza y veracidad, cero. Más bien todo lo contrario. Fui tristemente engañado desde el mes de febrero. Luego entraré en detalles. 

Antes de eso, que bien pudiera ser la segunda parte de un largometraje, debe estar la primera, claro. Y va íntimamente relacionada con el cómo de todo. Parece increíble, pero no lo es. Trabajé días del mes de julio estando de baja en el régimen de la Seguridad Social desde finales de junio. Obviamente, yo no lo sabía. No existe nunca un pre aviso, un finiquito, unas vacaciones pagadas… y además me comunican la cesantía por teléfono. Un arsenal de acciones sobresalientes una tras otra, sin duda. Ironía on: Totalmente inconcebible. Una somanta de palos a ese corazón que constituía en angustia las noches para no dormir, pese a tener la conciencia igual de limpia que de honesta. La vida sigue, escuchaba… Y no, no podía seguir.

Ahí, en esas dos memorias USB se encuentra todo el caudal de trabajo hecho en 5 años en todas las parcelas donde he trabajado. La por supuesto demostración del por qué de estar tranquilo con todo. La extrema gravedad que supone el haber estado trabajando sin estar de alta en SS esos días de julio. Lo que realicé esos días, ahí consta. Registro de llamadas, emails, documentos, excel etc etc… Todo. “Juegan con vuestro beticismo sabiendo que os quedaréis quietos, por eso hacen las cosas así” me dijo un buen tipo, amigo y gran profesional, este pasado verano en Logroño. Es verdad, pero precisamente mi beticismo y mi responsabilidad con mi gente y mi afición. Con la pasión con la que vivo esto, hace que no me quede quieto. Jamás permitiré que se crea lo que no es o lo que no ha pasado. Por eso, no dudaré en usar lo que hay dentro para demostrar lo que sea necesario. 

Y dos cosas más. ¿Por qué digo pues que fui embaucado desde el mes de febrero? Otra fotografía ilustrativa un poco más abajo, que así es más fácil. Esta farsa barata para conmigo comenzó días posteriores al encuentro de Liga F contra el Valencia CF femenino en la Ciudad Deportiva Luis del Sol. La derrota de esa jornada llevó al cese del que era técnico del primer equipo y horas después se me informa de que María Pry va a llamarme porque va a volver al club y vamos a reunirnos. Efectivamente, así es y el día 17 de febrero por la mañana tenemos esa reunión en un bar del barrio de Pino Montano. Mi relación con la que fue mi primera coordinadora siempre fue estupenda. En esa larga conversación quedan claras muchas cosas, por ejemplo:

 – Ella llegaría en junio a la entidad, pero manda desde ya.

 – Fruto de tener ya capacidad de mando, estaba en búsqueda de entrenador para el primer equipo.

– Cuenta conmigo para absolutamente todo pues seré su mano derecha en la secretaría técnica. 

Hace poco menos de un año siendo objeto de esta pantomima planeada por quienes representan a todo un Real Betis Balompié -al Real Betis, mi Betis- y hoy escribiendo aquí, a modo sepelio, mirándome las cicatrices que siempre estarán de esas puñaladas que recibí durante cinco meses. Tremendo. ¿Recuerdan la responsabilidad con la mejor afición del mundo a la que siempre hago mención, verdad? Pues eso, está todo recogido para que las dudas al respecto sean nulas. Cualquier reunión importante desde ese mismo día donde mi trabajo, dedicación, empeño, responsabilidades, objetivos etc estaban encima de la mesa, está grabada. Repito: como cualquier hijo de vecino me equivoco no una, mil veces al día. No soy perfecto ni quiero. Sumo errores y aciertos como el resto de mortales en mi vida y en mis quehaceres. Lo que, reitero, no consentiré es que se me pueda hacer responsable de aquello que lo que no tengo incumbencia alguna. Jamás, y muchísimo menos a ojos de cualquier bético o bética, tenga la edad que tenga y sea seguidor/a o no del fútbol femenino. 

He sido, sin más, manejado día a día al antojo de los señores Ricardo Díaz (consejero responsable de la sección femenina), José Manuel Guisado (jefe de secciones del club) y María Pry (Directora Deportiva de la sección fémina y 1ª entrenadora del primer equipo). Meses utilizado para dar la cara con agentes, futbolistas, familias o clubes en embrollos, negociaciones, fichajes o bajas. Para que hubiera algún responsable de que la entidad, con el total beneplácito de la señora Pry, por supuesto, mandara al foso del fútbol femenino al equipo filial por una razón económica totalmente remediable. Tan subsanable que se encuentran en un grupo de 3ª Federación con desplazamientos que muerden el presupuesto igualmente y compitiendo contra equipos que merman muy mucho el progreso de nuestras jugadoras. Recibiendo amenazas e insultos de los que el club era conocedor pero miró hacia otro lado. Eran familiares, conocidos o amigos de nuestras jugadoras que iban directamente a la calle porque la cantera femenina no interesaba. O de algún caricato en cuyo CV tiene el inmenso honor de haber sido expulsado de una instalación deportiva pública a tortazos. Sublime, como las sandeces que dice en ese audio lamentable que quiso hacer viral. Supongo que cada vez que vea la Torre Pelli, aunque sea de lejos, se acordará de lo que se comió.

Los que mandaban me tenían de buen escudo para todo lo que pasase. En cualquier caso, ahí en la siguiente fotografía queda súper clara la postura del club con la cantera femenina y el conjunto filial en concreto. Mi serenidad rebosa porque siempre me importó la cantera de mi sección. Toda futbolista desde la más pequeña hasta la más grande, técnicos y trabajadores. Toda compañera. Pero esto es lo que hay y no tolero que pueda haber una sola madre o padre que haya pensado o piense que su hija ha sufrido por alguna decisión que han tomado esos señores realmente, y no el que escribe. Muy al revés, la planificación de cantera estos años atrás está ahí y orgulloso estoy de ello y de las personas que ayudaron y creyeron en esa idea. De todos los objetivos conseguidos. Y añado para todas esas niñas que se visten ilusionadas del Beti a diario para entrenar o competir, para llegar al primer equipo y ser futbolistas profesionales. Cabeza alta y a seguir trabajando, que nadie os quite la capacidad de soñarlo y lograrlo. 

Así las cosas, desde ese día 17 de febrero ABSOLUTAMENTE TODO lo que ha ocurrido o dejado de ocurrir es responsabilidad única de la persona que actualmente comanda la dirección deportiva y el primer equipo con el consentimiento total de los otros dos señores. Obedecí, como no podía ser de otra manera, a la que ya era mi superiora en todos los ámbitos. Así me lo decretaron el consejero y el jefe de secciones. Continué mi trabajo como siempre sólo que con una voz de mando más. Estábamos allanando -decían- el camino que luego habríamos de andar juntos, codo con codo, para ese Real Betis féminas de progreso, moderno, competitivo etc etc… Pero todo era un embuste. Tan solamente una absoluta falacia que luego, por cierto, ha ido salpicando a otros profesionales enormes de la sección que a buen seguro estarán leyendo esto dolidos y asintiendo con la cabeza. Esas personas también están fuera de Heliópolis carentes de justificaciones pero atestados de valía y capacidad. Yo siempre escuché el mismo estribillo cada vez que el tema salía a relucir: “estamos cuadrando números y funciones para ti. Hay que esperar”. Así, días y días. Semana a semana. Meses y meses. Una estudiada -estudiadísima- monserga a tres voces que ni Mecano en los 80. ‘Barco a Venus’. Globo de Oro para los tres por “La gran mentira”. Fetén. 

Y voy a ir terminando ya. Para mí el principal problema de todo esto tiene un momento exacto. Todo se empieza a torcer y a ir mal cuando el señor Pablo Vilches abandona el Real Betis Balompié y con ello su cargo dentro de la entidad. Yo no le pondría nombre a ese puesto porque personalmente creo que su figura era indiscutiblemente mucho, muchísimo más que eso. La Liga F ganó con su llegada a un experto en distancias cortas y, lastimosamente, el Real Betis lo perdió. Las empresas deben saber a quienes dejan en sus manos funciones vitales. Sinceramente, menos mal que el club tiene ahí dentro a un gerente de la talla de Federico Martínez Feria. Un tipo cualificado y preparado al ciento por ciento y que precisamente domina ese arte del tú a tú. Vuelve a ser mi opinión, claro. Pero su figura es esencial en lo que pueda pasar. Me tranquiliza y es precisamente lo que tenía Pablo Vilches. Era un referente con contactos, tino, tacto y una mente dos pasos por delante de los demás. Sabía lo que no debía permitir y lo que sí, lo que procedía y lo que no, y lógicamente cuáles eran los mejores derroteros por los que tenían que transcurrir las secciones, por lo menos, para no dar excesivos problemas si es que alegrías no había. Conociendo minuciosamente siempre que el primer equipo masculino es quien tira del carro. Respetando (él triplemente respetado) y dándole a la gente su sitio, sabiendo apretarles por supuesto. Podría continuar pero no hará falta, pues el resumen es cristalino. Con su salida el vacío que se creó fue gigante. Ni por asomo Ricardo Díaz o José Manuel Guisado son Pablo Vilches. No tienen su templanza y dominio de conocer los tiempos de actuación. O de espera. Tampoco lógicamente la fuerza que solamente tiene un líder. Eso no va en el curriculum, eso se tiene o no se tiene. La soberanía o el respeto para comandar a gente hay que saber ganárselo, no vale con únicamente estar. No consigue uno de un día para otro que se le reconozca una autoridad tan sumamente constructiva y sana empresarialmente por parte de todos. ‘El Fekir de los despachos’ le dije que se iba del Betis al conocer su marcha. Mantengo mi idea, pero obviamente con el Nabil en su prime como le gusta al personal decir ahora. Anda que, por cierto, con él sentado en el Villamarín iba alguno a trabajar tan tranquilamente el fuera de(l) juego tirando más rayas que líneas. ‘Jiome’. Seguramente.

Imagino por tanto que los consejeros sienten debilidad por mandar en sus respectivas áreas. Lo imagino y lo confirmo. Sin Pablo Vilches, el responsable en el Consejo de Administración del área femenina ha querido ser el novio en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro. Antes no podía. O no le dejaban. Da igual. Y, naturalmente, si conoce la materia y posee atributos, fantástico. El problema llega cuando es al revés. Por eso, entre todas las virtudes que he podido destacar del señor Vilches, quédense con la de dar a la gente su sitio para comprender que con él currando en el día a día del club, el consejero se limitaba a hacer tareas de consejero, y no de otra cosa, como ocurre en la actualidad. Un stop perfecto para cuando él o cualquier otro pudiéramos sacar los pies del tiesto. No sabría decir el valor que puede tener una persona así dentro de una empresa más si cabe si de un club de fútbol hablamos. ¿Y qué más? Pues sin ese líder ya presente que impida dislate alguno, se tira por la calle de en medio y ponemos a alguien de consenso ahí entregándole las llaves del cortijo. “Ella se ha ofrecido” vs “El club me ha llamado” fue el primer litigio verbal que ya me dejó claro que las patrañas habían comenzado. Sea como fuere, coloco a la quizás única persona parapeto por si las cosas continúan yendo de regular a mal o tardan en salir bien. El resto de la historia, ya la conocen. 

Ahora sí, puedo cerrar episodio. Ya cabeza y mente pueden ir de la mano por el mismo camino. Podré descansar aparte de dormir. Ha pasado tiempo, pero no hay mejor juez que ese precisamente. Ahí tienen la verdad. Ahora, a seguir centrado en otros muchos quehaceres personales y laborales. La vida “va siguiendo poco a poco”. Como les digo a mis hijos siempre que sale el tema, “estar es ser. Somos el Betis”. Imposible finalizar sin dar un millón de gracias a las personas que siempre estuvieron ahí, a las que me limpiasteis la cara más de una vez y a los que me han abrazado de una manera tan especial estos meses. Sois muchos y por eso no os nombro. A bastantes, de hecho, porque a ver si vais a correr el mismo infortunio que yo y os va a penalizar el tener trato conmigo. Igualmente, millón de gracias a toda la gente con la que he disfrutado, mejorado, aprendido, sufrido y trabajado piel con piel por algo tan grande e indescriptible como es el Real Betis. Futbolistas que hoy siguen en la entidad o defienden los colores de otros clubes por toda España, Europa y el resto del mundo. Entrenadores, administrativos, utilleros, delegados, gente de la Fundación, de Seguridad o del estadio etc. En fin, todos y todas los que hemos bregado duro buscando siempre lo mejor. Gracias de corazón, ese que con esto hoy, se regenera. Os dejo con una de las BSO de mi vida, la misma que puse al final de ese vídeo que monté para anunciar que entraba a trabajar para su Majestad el Real Betis Balompié, estandarte de nuestras almas. Te quiero: ¡Beeeeeeetiiis, Beeetiiiis, Beeeeeetiiiiiis!

Un abrazo de gol. Always in front. 

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